Amablemente diciendo un "No, gracias" siguió pasando la noche junto a sus colegas, y de en vez en cuando echaba una mirada. Cabellos color miel, quiso ver si podía ser ella la que eligiera esta vez, y se puso en la búsqueda intensiva del príncipe encantado. ¿ Príncipe había dicho? Nunca creyó en ello, ni iba a ser una excepción esa noche, nunca creería en ellos. Se lo prometió a si misma hace unos dos años atrás. Ya nadie es monógamo en los días que nos tocan correr, y esta bien. A cabellos color miel aún esto no la ha afectado sentimentalmente, es más, es como si disfrutara de flotar en ello.
Y sí te cuento un secreto lo guardarás bien adentro? Y si te digo que quiero ser otra esta noche? Dejar la timidez en el placard o sentada a un costado en una silla sin que moleste?. Y dime si no te complace tanto alago de parte de tus pares y que usted no me mire de manera especial, sino de manera perspicaz. Midiendo cada paso, palabra y acción. Vamos chico, deja a tu ser salir a flor de piel como lo hiciste.
Y son sueños perdidos en el ir y venir de tus pensamientos. Y pensar que por razonar, muchas ideas mueren sin ver una gota de claridad. Quita esta pereza de intentar. Y es que tu ser se va, sin sintonizar con mi sombra cobarde, luego de unos besos errantes y eternos, y me duele aun menos esta soledad de la que antes no era parte.
Mínimo común, como el cielo es al sol. Sintoniza las vertebras, esta es la canción. Me resbalo al ritmo de tus palabras mudas y todo es como un surrealismo abismal. Caigo y me detienes, y me vuelves a matar. Me preparo al sentir las páginas correr, el corazón late entre caníbales farsantes. Me centro en tu llama que no para de llamar a mi cuerpo incesante.
Sonia, chicas se mueven al unísono y yo le sonrió a lo sucedido con el completo desconocido.