martes, 9 de marzo de 2010

They Will Never Hurt You.-

Entre café y tostadas, en un Puerto Madero desierto aquella tarde de Julio, se encontraba una pequeña muchacha rubia, de ojos chocolate y mirada penetrante. Nadie sabia quien era ella ni de donde venia, simplemente era una extraña mas en la gran maraña de personas que viven en la gran Capital Federal. 
Sencillamente, se sentó allí para mirar el atardecer descender, jugueteando con el anillo de la enigmática y fulgurosa piedra lapizlazuli. Pensante, se ubico y razono, en lo que llevaba en su dedo indice. La brillante y valiosa piedra, no solo en capital, sino también en historia. 


Ese lapizlazuli, había sido heredado hace siglos y siglos entre las mujeres de su familia para revelarles a la edad de 16 años un secreto con el cual deberían convivir el resto de sus vidas. 


Siguió pensando, como si considerara por un momento que su estado era posible algún cierto cambio, pero ella sabía muy bien que una vez iniciada y elegido el camino (Porque si, era una elección de vida) no había escapatorias, ni debilidades, ni nada de eso. Se tenía que valer por si misma. Sus familiares, las mujeres mas sabias de su familia, le dijeron "Es hora muchacha de que busques tu rumbo, como lo que en verdad eres. Luego de esta noche, seras completamente del linaje.". Su madre preocupada por el futuro de su hija le había contado las mil y una cosas que ella tuvo que atravesar, sola, por su vida. Por esa elección.
Pero cuando Katy, supo de que iba la cosa, ese había sido su sueño desde chica. Ser así, poder elegir ser así. 
Como imaginaran, ella no lo dudo ni un segundo. Ese mismo crepúsculo se realizo la transformación de ella a otro ser más poderoso que su débil cuerpo humano. Una mente mucho mas vivas, capas de captar cada movimiento al segundo de cada ser que se encontrara en su entorno. Los poros de la piel se activaron, sentían como se movían. Y al respirar...Siento el hedor de la sangre correr por sus fosas nasales y llegar a lo mas hondo de su deseo de matar.


Pero aquí estaba ella, luego de dos años de esas medianoches espantosas, en las que no era dueña de si misma, lo había superado, lo había logrado y en tiempo record según decían las mas ancianas de la familia. Las cuales Lucían tan bellas, como unas adolescentes.


La belleza eterna, tenía un alto precio. El cual hoy, al estar enamorada de un mortal, entendía. Comenzó a tambalearse. Hacía una semana que no se alimentaba, y sin el anillo no lo habría soportado. En cambio, cuando se alimentaba, aun que fuera solo de animales, ella podía recorrer cada esquina cada rincón, sin el anillo. Esas esquinas y esos rincones que estaba recorriendo muerta de hambre, eran los lugares donde había estado con él. Donde fue feliz, donde aun era feliz. Pero la ausencia dolía. Simplemente la corrompía. Ella se decía a si misma, "Ya volverá, entenderá". 
Cada día que pasaba, cada noche solitaria, era peor. Sentía como sus huesos se contraían después de esa semana sin alimentos, sin ese liquido rojo por el cual ya no moría ni mataba. Esa sangre color carmesí. La cual la había condenado a vivir sin su amado. 


Pasaron dos semanas, ella volvía al mismo banco se sentaba allí y esperaba, hasta que era hora de volver a refugiarse y se iba a su gran biblioteca a leer. Otra de las pasiones de mi amado. Su corazón se quebraba a cada pensamiento de él que arribaba a su ya cansina mente. 
Uno de esos días, luego de 6 meses de espera, mientras yacía acostada en el banco. Se le acercó un muchacho, de ojos celestes pelo castaño tirando a rubio y con los ojos mas comprensivos que había visto en su vida. Ella lo miro, pero no lo podía creer. Le sonreía? Si, le sonreía! Ella se acomodo como pudo bajo sus brazos y el frío invierno que la estaba rompiendo de apoco, por la falta de su alimento vital. El la llevo hasta un bosque o parque supuso ella a las afueras de Buenos Aires, y le dijo "Por favor, aliméntate, ahora te lo pido...Por que no podría vivir sin vos". Esas palabras bastaron para que ella con sus últimos esfuerzos, atrapara un pequeño venado de las pampas. Y volviera a su lado, con la vitalidad y la sonrisa de siempre.


El le rindió, amor eterno, mientras esa noche la pasaron juntos. Nunca lo olvidaría. Nunca. 


Antes de que la estrella mayor se elevara al cielo, estando acostados ambos en un lecho de amor, el le dijo "Siempre, por siempre serás mi vampira". Eso le basto, a los dos, para el resto de la eternidad.




Soniaa.-





PD: No sé por que hoy me levanté con ánimos de escribir sobre las criaturas que mas me fascinan. Espero les guste. Odio que hayan quemado tanto el tema de los vampiros. Pero hago caso omiso de eso.

8 comentarios:

  1. Me encantó, aunque los vampiros estén un poco quemados (?). SUERTE MAÑANA! Un beso.

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  2. Aunque esten trilladisimos banco mal las historias de vampiros. Linda la tuya! besitoo

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  3. Ah qué tierno, so. Muy romántico!!

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  4. A me tambien me jode que quemen a los vampiros.

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  5. la imagen no hace más que acopañar a la perfección con lo que escribiste. Me f a s c i n a sisi

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  6. que lindo lo que escribiste!
    como te fue en tu primer ultimo dia? copada la gente nueva?

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  7. "...Pero la ausencia dolía. Simplemente la corrompía..."

    así corrompe.

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Sabores de mis sentidos, endulza mi disposición, despierta mi imaginación, nutre mis sueños.